Camino a Comprar los Seis Conciertos de Brandenburgo
Víctor L. Rodríguez
Recuerdo ese día,
baje por la Rosa Duarte caminado para tomar la calle Pasteur. Ese día algo
hacían con la bandera nacional en la esquina Bolívar, creo que la subían o la
bajaban, no sé, no me fijé. Pero recuerdo que el teniente del cuartel de la
policía donde estaba colocada, desde la puerta de un local pintado de verde, me
pidió de forma imperativa el libro que yo llevaba la mano derecha en el momento
que esperaba que los carros cruzaran por la Bolívar, era el Quijote, en una
edición que todavía conservo. Luego de verlo me lo entregó casi estrellándomelo,
como el que ha concluido un allanamiento en el que tenía muchas expectativas y
no ha encontrado nada. La suerte que ese día no llevaba un libro de Marx o de
Mao. Después de la revisión cruce la calle y tome la Pasteur, llegue a la
tienda de discos clásicos “Fermata” y me compré los seis conciertos de
Branderburgo de Bach, en un álbum doble, del Ángel si mal no
recuerdo. Tuve la dicha de que el teniente sabía leer y que el Quijote era un
libro muy conocido. Tiempos después me pasé un fin de semana en ese cuartel de
la Bolívar con Rosa Duarte.
Subiendo la calle 30 de marzo, cerca de una tienda
llamada “Lagares”, que quedaba próximo al Partido Reformista, por la México,
frente al Palacio Nacional, ahí me detuvo una patrulla que andaba en un carro,
me pidió la cédula, no la tenía, mi amigo Tomás si, a él lo dejaron ir y a mi
llevaron. Nadie en mi casa sabía dónde yo estaba y nadie en el cuartel me
dejaba comunicarme con mi familia, sólo mi amigo sabía que me habían llevado
preso y lo dijo, pero no podía decir donde me llevaron los supuestos policías
armados que jamás se identificaron. La Policía Nacional nunca ha sido
diferente, desde los tiempos de Trujillo ha sido la misma, y los llamados
demócratas, cuya única lógica es el poder, no la van a cambiar.
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