De los fines de una Constitución
VÍCTOR L. RODRÍGUEZ En una Constitución se establecen reglas fundamentales que deben sobrevivir a lo efímero, a la pasajera pretensión de eternidad de los detentadores del poder y a los personales delirios de grandeza de los mortales. Las normas constitucionales determinan el alcance de los poderes que la sociedad otorga y ellas, en sí mismas, deben expresar los valores que integran una nación. La discusión en torno a una Constitución no debe ser el plato exclusivo de la inteligencia unilateral de las facciones, ni debe contener sólo la sabiduría de prosapia heroica. En estas reglas fundamentales caben los derechos de los tontos y la sabiduría de los idiotas. En la discusión sobre la Constitución, poco importan las alabanzas mediáticas al preclaro conocimiento de los expertos, y las anuencias en masa de los diletantes. Cada ciudadano debe examinar la Constitución en su contenido y ver si ésta, de forma sencilla y práctica, puede satisfacer las necesidades ordinarias y extraordina