¿Están agotados los argumentos para aumentar las tasas del ITBIS?


Víctor L. Rodríguez

Igual que en los primeros años de los 80, en lo que parece ser un asunto cíclico, la República Dominicana junto con Guatemala y Venezuela son los países con la menor presión tributaria de América Latina, según las estadísticas tributarias de América Latina y Caribe elaboradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Excluyendo a Venezuela por sus particularidades, donde el financiamiento del gasto público depende de los precios internacionales de un recurso natural como el petróleo, esto parece ser una constante histórica  que regularmente se trata de explicar por la bajas tasas de los impuestos.

La baja presión tributaria ha sido el argumento permanente para aumentar las tasas o alícuotas de los impuestos, dejando al margen otros asuntos importantes con los cuales se  pueden establecer que las premisas para el incremento de las tasas o alícuotas de los tributos son un recurso agotado, por lo menos en el Impuesto sobre a las Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS). Únicamente si a este país se le quiere comparar con algunos de los países miembros de un club de naciones ricas como la OCDE, donde hay miembros que tienen una  imposición general al consumo con tasas del 25%, como Noruega y Suecia, se nos puede decir que la tasa del ITBIS tolera otro aumento, pero esto dos países escandinavos no nos pueden servir de modelos.

En el 2013, según el Banco Mundial, Noruega tenía un ingreso per cápita de 100,819 dólares y Suecia de 60,430 dólares, mientras el ingreso per cápita de Republica Dominicana era de 5,879 dólares. En Noruega y Suecia no hay disposiciones sobre salario mínimo, pero en el primer país se estima de 1,433 euros, y en segundo de 2,000 euros. Las ventajas sociales de los ciudadanos suecos derivadas del gasto público son amplias, pues tienen igualdad en el acceso a la salud y a la educación y su expectativa de vida es de 82 años. Los diputados suecos no tienen privilegios ni secretarias ni asesores y viven de sus propios recursos. El primer Ministro sueco se dice que no tiene a nadie para que le planche la ropa y le limpie la casa. Noruega tiene uno de los mejores sistemas de salud del mundo en el que todos los ciudadanos tienen acceso gratuito, la expectativa de vida es de 81 años, es  obligatoria la escolarización de los niños y jóvenes cursando un mínimo de 10 años en la educación básica y todos tienen acceso a la educación.

Quizás nos podemos comparar con México que también es miembro de la OCDE y es el país de esa organización con el menor coeficiente de tributación, pero este país tiene un ingreso per cápita de 10,307 dólares, que es el doble del nuestro, y  la tasa de su Impuesto al Valor Agregado es de 16% y la reducida de 11%, cuando en la República Dominicana es de 18% y la reducida hoy es de 13% y en el próximo año será de 16%, igual a la tasa más alta de México.

La cosas no son diferentes con Centroamérica, mientras la tasa general promedio de la imposición general al consumo en América Central es de un 12.5%, la tasa general nuestra es de un 18%, 5.5 punto porcentuales por encima. La tasa reducida de los productos de consumo masivo, que muchos consideran de primera necesidad, en el 2016, como hoy, está por encima de la tasa promedio Centroamericana. A esos productos como señalamos se les aplica hoy una tasa del 13% y el próximo año se aplicará una tasa del 16% que están por encima de la tasa más alta de cualquiera de los países de la región centroamericana.

En América Central las tasas o alícuotas generales más altas de la imposición al consumo tipo valor agregado las tienen Hondura y Nicaragua con 15% y las recaudaciones en el 2013, derivadas de este tipo de imposición. representan para el primer país 5.5% del Producto Interno Bruto (PIB) y para el segundo 6.0%, es decir, que con una tasa o alícuota con 3 puntos menos en su imposición general al consumo recaudan más que la República Dominicana con relación al PIB, cuya imposición general al consumo representa el 4.5% del PIB. De acuerdo con las estadísticas de la OCDE del 2013.

La tasa del  ITBIS del 18% en América Latina sólo es superada por Uruguay con una tasa de 22%, cuando se paga con tarjeta de crédito es de 20%; Argentina con una de 21%, y al que paga con tarjeta de crédito se le devuelve el  5% del valor total de su compra, y con un Chile 19%. Brasil y Perú tienen tasas iguales a la de este país, un 18%. Fuera de eso países de América Latina la tasa promedio es de 12.5%, donde Panamá tiene una tasa de 7% y Colombia una de 16%. El ingreso per cápita promedio de los cinco países de américa Latina con las tasas o alícuotas más altas que la República Dominicana en la imposición general al consumo es de 14,502 dólares, donde Uruguay tiene un per cápita de 16,351 dólares y Perú uno de 6,662 dólares, mientras la República Dominicana tiene un per cápita de 5.879 dólares. Los salarios mínimos de esos mismos países son: en Argentina 523 dólares, en Brasil 290 dólares, en Chile 416 dólares, Perú 250 dólares y en Uruguay 410 dólares, en la República Dominicana el salario mínimo es de 231 ó 167 dólares.

En el 2013 la imposición general al consumo en Argentina, representan el 11.5% del PIB, en Brasil el 14.3%, en Chile el 10.7%, en Perú el 8.2% y en Uruguay el 11.4 %. En la República Dominicana representan el 4.5% del PIB como señalamos arriba. Perú y la República Dominicana que tienen una tasa del 18%, que está entre las más altas de América Latina, son los países que menos recaudan con los impuestos generales al consumo, también tienen los salarios mínimos e ingresos per cápita son los más bajos.

Con la Ley 253-12, de fortalecimiento de la capacidad recaudadora del Estado, los cambios en la estructura tributaria referido a la imposición general al consumo fueron negativamente a más, pues se amplió la base del impuesto incluyendo productos de consumo masivo afectando a los que menos tienen y acentuando los efectos regresivos de la imposición al consumo con la elevación de la tasa a niveles inimaginables para un país como el nuestro.

Después de realizar una reforma tributaria para el fortalecimiento de la capacidad recaudadora del Estado las recaudaciones de la imposición general al consumo con relación al PIB sólo aumentaron 0.5%, la mitad del uno por ciento, y como porcentaje de las recaudaciones totales pasaron de un 29.7% en el año electoral como el 2012 a 31.9% en el 2013, sin alcanzar el 33.6% de las recaudaciones de 2010 ni el 32.8% de 2011, pero con relación al PIB pasaron del 2012 al 2013 de 4.0 a 4.5 del PIB, sólo superada en los últimos por el 2008 cuando fue de 4.7% del PIB. A pesar de los aumentos de las tasas y de la ampliación de la base incluyendo productos como  las grasas, el chocolate, el café  y la azúcar las recaudaciones no han tenido aumentos significativos. El pobre comportamiento recaudatorio de la estructura tributaria dominicana que grava el consumo puede deberse a factores estructurales o administrativos no a las bajas tasas del impuesto.

Constituyendo la República Dominicana uno de los países con los coeficientes de tributación más bajo en américa Latina, como lo éramos al inicios de los 80, deben buscarse las causas en elementos distintos al nivel de la tasa del ITBIS, como: La elusión, cuando las lagunas en la legislación tributaria permiten evitar el pago de los impuestos aprovechando los vacíos de la ley; la evasión y defraudación tributaria, que puede atribuirse a la poca eficiencia y efectividad de la Administración tributaria o la política tributaria, que puede ser defectuosa e inconsecuente, en la medida que excluye y discrimina y sólo responde apremios recaudatorios inmediatos cobrando donde es más fácil y recurriendo al recuso más sencillo: subir las tasas.

 

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